Tendencias / Diciembre 21, 2016
La era digital pide urgentemente estos 3 roles
En la transformación del marketing David C. Edelman en “Branding in the Digital Age” define que hay tres roles que van a ser esenciales a medida que el marketing comienza a enfocarse más y más en el cliente y no en el producto o servicio.
1. Orquestador:
Es la persona encargada de que el marketing tradicional y el digital estén de acuerdo y sigan los lineamientos del producto o servicio desde: la filosofía de la empresa, la imagen, el servicio al consumidor, el empaque, la descripción del producto o servicio, el estudio de mercado, el registro del servicio o producto, y la devolución del producto o servicio. Todas estas cosas tienen que ser vistas por el orquestador y puestas en sintonía de manera armoniosa para fortalecer la marca y así generar confianza en el cliente. Sólo coordinando todo podemos ayudar a que el cliente tenga una buena experiencia con nosotros y quiera seguir siendo parte de nuestra marca.
2. Editor jefe y gestor de contenidos:
De a poco los marketeros se han convertido en gestores de nuevos contenidos. Se han creado videos, listas y todo tipo de contenido para que los clientes se atraigan a los productos y servicios que ofrece el mercado más que “tirarles” los productos y servicios en la cara como el marketing tradicional. Cuando se hace contenido de calidad las personas logran entender de mejor manera qué es la marca y así logramos ser de ayuda para ellos y su toma de decisiones al momento de comprar.El contenido es fundamental en la nueva forma de hacer marketing pero hay que tener cuidado con qué frecuencia y con qué tono lanzaremos nuestros contenidos a la web. Si el número de contenido es demasiado y la calidad muy mala lo más probable es que genere mucho ruido molesto y no ganemos clientes fieles a nuestra marca.
3. Líder en inteligencia de mercado:
Esta persona estará a cargo de la información recabada por el equipo de T.I. de la empresa. Con esta información este líder podrá conocer a qué audiencia estamos llegando para saber si estamos haciendo las cosas bien o no. Nunca debe faltar alguien que sepa de esta información para saber así el grado de compromiso que se está generando en la relación cliente y empresa a través de el producto o marca. Si conocemos qué está bien y qué está mal con nuestros clientes podemos reaccionar y solucionar sus problemas con nuestro producto o servicio, haciendo ver que queremos saber su opinión sobre nosotros.