La semana pasada varios de nosotros nos enteramos por sorpresa que una de las agencias digitales más reconocidas cerró sus puertas por insolvencia económica dejando a muchos de sus trabajadores con dos meses sin recibir sueldos y además con la incertidumbre de saber cuando se pondrán al día con sus finiquitos.

Varias personas han prestado su apoyo rápidamente a los más de 50 trabajadores que fueron afectados con el abrupto desenlace ya que todos ellos se mantuvieron prestando los servicios con total profesionalismo hasta el último día confiando en todo momento que la situación se podía revertir.

Han aparecido grupos de denuncia en Facebook y muchos otros comentarios en redes sociales todos comprensibles pero, ¿qué pasa con la otra cara de la moneda? No he visto a nadie dando una opinión de ellos que no sea una descalificación sin ponerse en sus zapatos.

En Chile estamos tratando de fomentar el emprendimiento, todos nos alegramos en saber que cada día nacen ideas nuevas y si la idea o empresa exitosa es chilena, mejor aún pero siempre va a ser más fallar y estar expuesto a este tipo de situaciones.

Recordemos que la mayoría de las personas que emprenden no provienen de familias con mucho dinero o con capital propio sino que cuando se emprende uno deja de lado muchas comodidades, muchas veces se endeuda y arriesga un futuro con tal de que las cosas resulten.

Una vez que se empiezan a dar los resultados, viene la parte más difícil que es tener que volver a inyectar dinero para dar tiraje a este crecimiento que no estaba dentro de los planes o solo como parte de algo que se veía lejano.

La mayoría de los emprendedores lo hace creyendo en su idea y perfeccionando siempre el servicio o producto que se ofrece pero a nadie le enseñan como administrar correctamente, como conseguir financiamiento o como manejar otro tipo de dificultades como empresas grandes malas pagadoras, excesiva competencia, poder de negociación de proveedores entre otras cosas.

Entonces ¿qué sucede cuando todo empieza cuesta arriba? Las personas que lideran estas empresas cargan en sus hombros con ver como su sueño fracasa, de cómo ponerse al día con instituciones financieras pero también en como responderle a sus propias familias y en especial a todas las familias de trabajadores que dependen de ellos.

No conozco en detalle todos los pormenores de la agencia que cerró sus puertas pero me niego a pensar que sean malas personas, aprovechadoras, sino que están tanto o más afectadas que las personas que se quedaron sin trabajo.

En los últimos 5 años ha pasado en nuestra joven industria digital que varias agencias reconocidas han dejado de operar, hay ejemplos de agencias creativas, productoras, algunas de nicho, etc. Todas ellas con una gran idea inicial e impulso que hizo que se posicionaran rápidamente, todas tenían en común talento y gente trabajadora detrás que trató de que funcionara pero no fue posible. Por suerte todos ellos con el paso del tiempo han tenido otras oportunidades e incluso se les ve en mejores posiciones que antes.

Aproveché de escribir mi opinión en este medio neutral llamado agenciadigital.cl que tiene la puerta para que todos los de la industria nos expresemos. De seguro varios no comparten mi visión pero al menos dejo sembrado el debate o la opinión.

Mi post no es para generar polémica ni para defender malas prácticas sino que se es para decirle a todas estas personas que lo intentaron y que no funcionó que empatizo por la situación difícil que deben estar pasando y tal como uno debe tener las puertas abiertas para recibir a las personas que quedaron sin trabajo, también debemos abrirla a estas personas que de seguro se irán poniendo al día y quedarán con una experiencia única en emprendimiento y situaciones difíciles.