Cuando se toma una decisión a nivel de empresa es normal que queramos saber cuáles son los pros y contras de las opciones que nos representarán.
El tema de “marca” no es nuevo en nuestro vocabulario. Se ha gestándo desde hace siglos, aunque no se llamase así o se haya estudiado directamente.
Pero aquí es donde entra la gran interrogante ¿qué me ofrece una marca? A simple vista, el esfuerzo que requiere una empresa puede aparentar ser mucho contra la intangibilidad que promete.
Por qué crear una marca:
Crea lealtad y fideliza a los consumidores, lo que facilita la creación de una base sólida de clientes que permiten a la marca crecer de manera sostenida.
El nombre de la marca debe garantizar una calidad uniforme. Esto quiere decir que la calidad de los productos debe ser regular en todo para no decepcionar a nadie.
La marca facilita la comunicación comercial.
La marca indica procedencia y originalidad.
Las ventajas tener una marca:
La marca te ayudará a competir de mejor manera con las demás empresas.
El valor que ofrece una marca la hace invulnerable a la coyuntura del mercado y a la fluctuación de precios. Además reduce los costos que se invierten en campañas de marketing, al tener buena segmentación de mercado gracias al branding.
Crear una marca fuerte es muy positivo de manera interna también, ya que crea una cultura corporativa fuerte que estimula un sentimiento de pertenencia entre quienes trabajan en la empresa, se ve también una manera de retener talentos.
Internalizar las marcas es mucho más fácil cuando esta es diseñada bajo una hoja de ruta corporativa sólida, que empieza con la creación de un nombre de marca, personalizada y determinada por una identidad verbal que sea capaz de comunicarse con el público objetivo que más le interesa.
El prestigio de esta se puede usar para vincular el naming hacia una línea de productos y/o servicios distinta para ampliar el modelo de negocio.
Desventajas de tener una marca fuerte y poderosa:
El nombre puede volverse de uso común o genérico. Qué quiere decir esto, que muchas marcas luchan por ser la número uno en las mentes de los consumidores. Por ejemplo, en Estados Unidos las personas piden una Coca cuando van a un restaurante, sin que necesariamente se refieran al producto Coca – Cola, sino que a cualquier bebida. Aunque el objetivo es ser estándar de esa categoría, el propósito no es convertirse en término genérico de la línea.
Si un producto o servicio experimenta un evento negativo, este se verá ligado a la empresa. Por ejemplo, una retirada masiva o una campaña de publicidad ofensiva no intencionada puede ensuciar la imagen de la empresa, causando que esta construya una identidad completamente nueva para volver a tomar su lugar en el mercado.